lunes, 5 de noviembre de 2007

el arte que mató a Natividad


El maltrato animal, como cualquier maltrato es muy amplio y agrupa en él muchos tipos de crímenes. Pensamos que cuanto más avanzados estemos culturalmente, menos delitos de este tipo habrá, pero la realidad se aleja mucho de eso. La última salvajada de un desequilibrado: recoger un perro enfermo de la calle, atarlo del cuello en su exposición y dejarlo morir… Y encima, ser tan cínico de llamarlo arte.

Esta crueldad ha pasado en Nicaragua, y el perturbado “artista” se llama Guillermo Habacuc Vargas, uno de los seis representantes de Honduras en la Bienal Centroamericana Honduras 2008. Recogió al perro vagabundo en las calles de Managua, con ayuda de unos niños a los que pagó con unas pocas córdobas (moneda nicaragüense).

El “artista”, se luce diciendo:Lo importante para mí era la hipocresía de la gente: un animal así se convierte en foco de atención cuando lo pongo en un lugar donde la gente va a ver arte, pero no cuando está en la calle muerto de hambre.” ¿Pero en qué piensa este individuo? El arte por encima de la cordura y la sensibilidad, es increíble. Para este impresentable el perro no tenía bastante con vivir en las calles de Managua, mendigando y cargando enfermedades a su espalda…

Gente así tiene más de lo que merece. Si es que no hay peor concesión que dar voz a quien no sabe hablar ni pensar, ni actuar con racionalidad y compasión. Aunque lo que más me duele de todo, es que la gente pasara cerca del perro y lo contemplara como una obra de arte, sin denunciar la situación del pobre animal; hay que tener mucha sangre fría, o sencillamente no tener sangre para ser así.

Y como no soy buena escritora, y expresarme con palabras no es lo mío, os dejo dos citas que reflejan lo que pienso sobre el tema:
"La no violencia conduce a la ética mas alta, lo cual es la meta de toda evolución. Hasta que no dejemos de lastimar a otros seres vivos, seguiremos siendo salvajes"
Thomas Edison, inventor

“Sería mucho mejor si un ser sintiente nunca hubiese existido, a que existiese sólo para soportar miseria incesante"
Percy Bysshe Shelley, poeta inglés (el que se casó con la
autora de la novela Frankenstein)

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